lunes, 23 de marzo de 2015

Todo el que se desanima en su relación por causa de su conducta es un legalista

La verdad básica de la salvación por la fe únicamente en Jesucristo consiste en que nosotros no podemos hacer nada para ganar la salvación ni para merecerla. Solo la podemos aceptar como un regalo. Y lo hacemos acudiendo ante la presencia del Dador.
Ya nos hemos referido a que el regalo de la salvación tiene que ser aceptado día tras día, y no solo una ves al comienzo de la vida cristiana.
¿Usted a escuchado esta queja alguna ves?: "He proba eso de la vida devocional, pero es un plan que para mi no funciona".
Jesús dijo: "Así es el reino de dios, como cuando un hombre echa una semilla en la tierra; duerma y vele, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de por sí lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga" (Mar. 4:26-28). No podemos esperar cultivar un jardín de la noche a la mañana, ni criar una familia, ni obtener una educación, ni salir airosos en una nueva aventura, ni aprender a tocar un piano o cualquier otro instrumento musical ni construir un edificio. La relación lleva tiempo nada en la vida se consigue de la noche a la mañana se tiene que poner de nuestra parte, dedicándole tiempo a Dios con el estudio de su Palabra y la oración constante con él.
Nuestra parte consiste en recibir la Palabra de Dios, aferrándonos de ella y rendirnos plenamente a su dominio; así se cumplirán en nosotros sus propósitos.
Cualquier persona que en mayor o menor medida confía en sus buenas obras para ser salvo, es un legalista.
La única cosa que no se debe hacer NUNCA, si uno encuentra que ha tenido un fracaso en su experiencia cristiana, es terminar su relación; porque nuestra única esperanza de tener éxito en la vida cristiana está cifrada en Cristo.

Nota: Si permanecemos con él, él se encargará de terminar su obra en nuestras vidas.

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