sábado, 14 de marzo de 2015

La sola lectura de la Biblia y la oración no son garantía de una relación genuina con Dios; pero si no se las practica, dicha relación no se producirá.

No todo lo que tiene que ver con la vida cristiana es espontaneo. A veces acudir a Jesús para disfrutar una relación personal con él puede ser motivo de gozo. Otras veces se requerirá cada gramo de nuestra fuerza de voluntad, de auto-disciplina, de valor y determinación que uno posee. Pablo llama a esto la "batalla de la fe" (1 Timoteo 6:12). El hombre tiene que desempeñar una parte al colaborar con Dios para su propia recuperación, en la obra de su salvación personal.
Abandonar la lucha no ayuda en nada. "Cuando encuentre que es difícil orar, ore con mas ahínco". En el Discurso de gran Maestro de Jesucristo, pagina 115 dice: "cuando sentimos que hemos pecado y no podemos orar, ése es el momento de orar". Así que cuando descubrimos que la vida devocional es un camino cuesta arriba, lo único que jamas debemos hacer es abandonarla.


La lectura de la Biblia y la oración no constituye una garantía de vida y de salud espirituales. No es imposible participar en ambas y mantener aun el corazón alejado de Dios. Los fariseos lo hacían. y también nos puede suceder a nosotros. Usted no puede conservar su vida espiritual si no acude a Jesús mediante el estudio de su Palabra y la oración.

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